jueves, junio 06, 2019

Macri, Vidal... ¿y Larreta?


En el primer programa de una nueva temporada de su televisivo “Periodismo para Todos”, Jorge Lanata se refirió a la actualidad política haciendo hincapié en los dimes y diretes de los dirigentes peronistas, hoy en la oposición. Es que son tantos…

El periodista no escatimó esfuerzos en poner sobre el tapete sentencias pasadas del candidato presidencial peronista Fernández hacia su compañera de fórmula apellidada, por extraña coincidencia, también Fernández.

Resulta fácil criticar a un político argentino por sus dichos porque por lo general mañana dirán lo contrario a lo que sostendrán pasado o mantendrán lo que nunca dijeron. Las excepciones a la regla son izquierdas y derechas. Pero a no preocuparse, no suelen llegar al gobierno. 

Podríamos recordar ahora frases muy caras (realmente han resultado muy caras para los contribuyentes) como aquella que nos deleitara en los 90 atribuida a Carlos Menem: "Si yo decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie”, que en realidad fue dicha por Guillermo Vilas; “El que depositó dólares, recibirá dólares” de Eduardo Duhalde en su primer discurso como presidente interino, o “La inflación es algo simple de resolver” del actual “presidente Macri. Hay más, siempre hay más y habrá muchas más

Pero también duras acusaciones se han vertido contra Mauricio Macri. Y no precisamente desde la oposición. Una ministra actual dijo de él: “Nosotros con Macri somos el agua y el aceite; somos honestos, transparentes”, y una diputada, especie de pitonisa de la clase media lo trató de “contrabandista”. Puede inferirse que la fe de los conversos suele ser insustituible.

Extraño lugar rincón de la Tierra es Argentina porque en momentos en que el FMI manifiesta que se equivocó con sus proyecciones, el país se encuentra entre las ocho economías más recesivas del mundo, la cadena de electrodomésticos Frávega continúa cerrando locales y echa a los delegados gremiales, la economía industrial cayó en abril 8,8% y lleva un año entero de contracción, la construcción cayó 7,5% en abril y la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA) informó que el declive anual de unidades fue de 35,3%, los políticos se encuentras concentrados en sus internas y arman y desarman proyectos con la incuestionable colaboración de los “comunicadores”. Todos están con todos: unos arriba y otros abajo, al costado y al revés, y aparecen y desaparecen de listas y candidaturas con la velocidad en que un helado se derrite en el infierno en una orgía fenomenal a la que solo asisten los privilegiados de la Nomenclatura.

En este aquelarre de apellidos que van y vienen ha quedado demasiado huérfano el análisis de la candidatura presidencial de Cambiemos. Casi al unísono con nuestra anterior “Si Macri fuera Roca”, falto de apoyo de las bases de su partido y aliado principal, la UCR, más una situación económica en franco declive, Mauricio Macri tuvo que autoproclamarse ante sus más íntimos seguidores para un nuevo periodo con el propósito de aventar una posible candidatura de María Eugenia Vidal. "El candidato soy yo -dijo- y eso no se modificará". No hubo, como se estila, una convención de su partido con aprobación de su candidatura por unanimidad. L'État c'est moi?

Muy fuera de que este análisis signifique una defensa de las políticas progresistas del PRO y de obras en esta ciudad, debería llamar la atención que su jefe de Gobierno, el señor Rodríguez Larreta, haya quedado excluido de una posible candidatura presidencial. Lejos parece ser el ejecutivo con más capacidad de trabajo. Y si es que alguna vez tomó vacaciones no se conoce cuándo fueron ni en que lugares recaló. Es muy cierto que todo lo que anda bien no se toca. ¿Pero a qué costo? ¿Habrá verdaderas internas en el partido del presidente?

Y sobre el final es que hemos de preguntarnos: ¿Va a continuar ya sea como jefe de Gabinete o jefe de Gobierno años y años años al frente de esta ciudad sin aspirar a nada más? Dijo el ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso: “Dos mandatos es república, tres es monarquía”.






JUAN ÁNGEL SALINAS BOHIL

sábado, mayo 25, 2019

Si Macri fuera Roca


Julio Argentino Roca, probablemente el mejor presidente en toda la historia de nuestro país, tuvo la posibilidad y el poder de reformar la Constitución en el 1886 y aspirar así un segundo mandato consecutivo.

Si embargo, Roca respetó la institucionalidad, promovió la candidatura de Miguel Ángel Juárez Celman, su cuñado, y se retiró esperando un nuevo turno electoral que llegaría para él 12 años después, en 1898 luego de las presidencias de Juárez Celman, Pellegrini Luis Sáenz Peña y José Evaristo Uriburu.

Es así que Roca, dentro, fuera, y nuevamente adentro de la Casa Rosada gravitó decisivamente sobre la política argentina durante más de 20 años, entre 1800 y 1904, hasta su retiro de la política.

Macri no es Roca, no es militar, no llegó al poder precedido del prestigio y el éxito de Roca y es probable que le deba su jefatura de Gobierno y su Presidencia tanto al rechazo que generó el kirchnerismo en la clase media como a sus propias virtudes políticas.

Sin embargo es el Presidente, nuestro Presidente, y a la luz de la Constitución vigente tiene derecho a presentarse por su reelección.

Y es entonces aquí, a menos de un mes del cierre de listas, y saldrá con rima como un verso, que está por verse la diferencia entre políticos y estadistas.

Si Macri fuera Roca tendría que darse cuenta que, eventualmente, resignar su turno presidencial no sería una derrota sino una virtud.

Si Macri fuera Roca promovería un sucesor natural y se daría cuenta que así evitaría a los argentinos de elegir entre un pasado al que no quieren volver o prolongar un presente que en alguna medida los ha decepcionado y en el que podrían ya no confiar.

Si Macri fuera Roca vislumbraría que es más importante mantener con éxito el proceso de cambio que los nombres propios.

Si Macri fuera Roca sostendría la candidatura de Vidal en la provincia (María Eugenia no tiene reemplazo en ese distrito) y promovería la candidatura presidencial del único hombre en el PRO que es capaz de operar bajo todo tiempo, todo clima, bajo toda presión, que sabe mandar, dialogar y ejecutar, que tiene capacidad de diálogo, sensibilidad social, que se levanta a las 5 de la mañana y que está preparado para afrontar este desafío. 

Si Macri fuera Roca podría llegar a pensar que el candidato a Presidente que puede oxigenar este clima enrarecido y de incertidumbre y cuyo nombre resonaría como esperanzador toque de clarín para todos los argentinos es Horacio Rodríguez Larreta, el hombre que puede encarrilar a nuestro país por la senda del crecimiento y del progreso porque esos objetivos están en su trayectoria, en su conducta y en sus genes.

Si Macri fuera Roca se daría cuenta que ante la candidatura de Horacio mucha militancia, hoy tal vez algo de capa caída reviviría henchida de valor asegurando con entusiasmo la continuidad del cambio.

Si Macri fuera Roca, o pensara en el ejemplo Roca, consideraría posible el mantener el poder guiando sin la carga de la gestión a un nuevo gobierno que defienda el cambio

Macri es Macri, no es Roca, pero quizás, ojalá, pueda llegar a serlo, como Roca volver de nuevo, en su tiempo, a la Presidencia de la Nación.