Finalmente se
presentó una propuesta electoral donde han sido incluidos los consorcios pero
¡ojo, no es lo que parece!
El partido GEN de Capital Federal la ha enviado por
mail con el tema “Bajar las expensas”.
Hemos machacado
hasta el cansancio (eso creemos) la nula importancia que le dan los políticos
al tema de la propiedad horizontal debido, quizás, por el escaso interés que
muestran los electores: sí, ésos que votan. Porque una cosa es quejarse,
quejarse y… quejarse, y otra, muy distinta, es proponer, escuchar soluciones y
votar en consecuencia. Enhorabuena que por primera vez los políticos han
recordado un tema que preocupa a millones de personas, pero no se alegre el
lector porque la cosa tiene su miga.
La propuesta de
cinco puntos es cuasi anónima ya que llega vía mail. No pedimos que se
transmita puerta a puerta cuando sería imposible traspasar la del hall de
entrada o intentar convencer de las bondades del producto a través del portero
eléctrico. Pero firmar un petitorio para “que bajen las expensas” a través de
Change.org es bastante impersonal. Por otra parte, quién no estaría de acuerdo
en bajarlas. Es como preguntarle a una persona si firmaría para que “salven a
las ballenas”, “los pingüinos empetrolados” o “a la araña pollito de tres
patas”.
Recuerdo que mi
madre hace mucho tiempo me preguntó si firmaba un pedido para que las Fuerzas
Armadas liberaran a María Estela Martínez de Perón. Pensé a velocidad luz en
qué me podría perjudicar el hecho, que una firmita no se le niega a nadie y por
demás quién me lo pedía era mi madre. Y firmé.
He suscripto el
petitorio por la necesaria vuelta de la estatua de Colón a su antiguo lugar y
de donde nunca debió haber sido brutalmente removido. Pero me reuní varias
veces con los descendientes de italianos que comandan la cuestión y estoy
interiorizado de todos los pasos que llevan en Argentina y en el exterior. Es
decir que existe de mi parte un sentido de pertenencia a la vuelta del genovés
que no alcanzo a distinguir en quienes podrían llegar a firmar “Bajar las
expensas”.
Uno de los puntos
del petitorio aclara: “Que el Gobierno de la Ciudad deje de cobrar tasas
innecesarias por registraciones anuales o por cada control que hay que hacer en
los edificios”. Este tema es de vieja data y el director de Reunión de Administradores viene
haciendo hincapié en él desde hace años. Como también decimos en esta columna
desde hace añares que los gobiernos
deben gastar menos de lo que recaudan porque de lo contrario dejan sin leche
las ubres de los contribuyentes y deben abstenerse de crear disposiciones
para perjudicar a los consorcistas y beneficiar a empresas de dudosa creación.
¡Y vaya si hay ejemplos!
También la propuesta
para bajar las expensas consiste en implementar una “tarifa preferencial de
Gas, Luz y Agua para consorcios (con quita del 21% de IVA)”. Aquí subo la
apuesta porque propongo que como en las villas los servicios sean totalmente
gratuitos que tampoco se paguen expensas, porque al no haber disposiciones
municipales en vigencia para qué habría que contratar un administrador. Si ese
ofrecimiento no se pone en vigencia seguiríamos viviendo en un clima de
inequidad en donde unos, al mejor estilo Orwell en “Rebelión en la granja”,
seguirían siendo más iguales que otros.
La propuesta
“progresista” tiene tres ítems más y uno es más preocupante que otro:
1.- Mayor control de los Administradores;
2.- Que los inquilinos puedan participar con más fuerza de las asambleas de
consorcistas;
3.- Que los consorcistas puedan participar de las paritarias con el SUTERH en
lugar de los Administradores de consorcios, como sucede actualmente.
Como a los políticos no les quedaba cosa por (no) controlar intentar
entrometerse otra vez en la esfera privada (como en los alquileres). Sin
embargo, cualquier propietario puede solicitar documentación del consorcio
cuando lo considere necesario y realizar las averiguaciones pertinentes acerca
de costos si lo considerara necesario.
Pero por fin el
“progresismo” se convierte en izquierda cuando pide que los inquilinos
participen de las asambleas de
consorcistas. Éste no es un nombre jurídico que exista porque son, en
realidad, asambleas de propietarios
o reuniones de consorcios de
propietarios.
Y el mismo criterio
usa el GEN para que los consorcistas
y no los propietarios “participen” en las paritarias con el sindicato de los
encargados cuyo titular, Víctor Santa María, judicialmente tiene más tiros que
la Federal y la Bonaerense juntas. Aunque debe tener un muy buen chaleco
antibalas porque siempre los jueces lo exoneran.
Detrás de esta
suplantación, se halla, Sergio Abrevaya, ex legislador de la Ciudad de Buenos
Aires, autor de la reforma a la ley 941 del Registro de Administradores de
Consorcios. Abrevaya había prometido a los propietarios que estarían presentes
a la hora de discutir el convenio con el sindicato (ahora son los
“consorcistas”). Sin aviso previo, al momento de la votación, el artículo de
marras fue retirado.
Eran tiempos que
Santa María había creado una asociación de propietarios y auspiciaba con un
banner en la página del sindicato al Consejo Económico y Social de la Ciudad de
Buenos Aires cuyo primer presidente era en 2012, precisamente Abrevaya.
El GEN quiere suplantar a propietarios por
consorcistas. Y es una nueva manera de atacar la propiedad. Eso no corresponde.
Juan Ángel Salinas Bohil
Fuente: http://www.reunion-adm.com