Por MIGUEL VERNER* “Los Juegos Olímpicos nos muestran cómo sería el mundo si todos estuviéramos guiados por el espíritu olímpico de respeto y comprensión: ese es el mensaje olímpico que Pyeongchang (1) está a punto de transmitir al mundo”, señaló Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, sobre la participación de Corea del Norte en los Juegos Olímpicos de Invierno, a desarrollarse en Corea del Sur del 9 al 25 de febrero próximo.
La “Declaración Olímpica sobre la
península de Corea”, acordada el 20 de enero en Lausana (Suiza), otorgará
acreditaciones al Comité Olímpico Nacional de la República Popular Democrática
de Corea para 22 atletas en tres deportes y cinco disciplinas quienes
desfilarán bajo una bandera unificada junto con la delegación de la República
de Corea. ¿Signo del deshielo de relaciones de la península que se tensaron al
extremo durante 2017 o mera estrategia política? ¿Preanuncio de un paso hacia
la reunificación de un pueblo dividido en el Paralelo 38 bajo las visiones
contrapuestas que encabezaron EEUU y la URSS durante la “Guerra fría” o nuevo
fiasco? ¿Paz armada? Cabe hacer un parangón.
Corea del Sur fue anfitrión de los
Juegos Olímpicos de Verano en Seúl 1988, en un contexto marcado precisamente
por la “Guerra fría”. Sin embargo, fueron los primeros JJOO desde Múnich 1972
que no sufrió un boicot político masivo. Si bien la negativa de Corea del Norte
arrastró tras de sí a casi media docena de naciones, el encuentro deportivo
asiático logró record de países participantes hasta entonces, un total de 159,
con la presencia de sendos bloques: estadounidense y soviético. Dos hitos se
desencadenaron en años sucesivos tras la competencia en la que el pueblo
germano participó por última vez con dos delegaciones acorde a su división
política. Por un lado, cayó el Muro de Berlín, frontera que dividió a la
República Federal de Alemania (RFA) de la República Democrática Alemana (RDA)
desde 1961 a 1989. El símbolo, enclavado en el corazón de Europa, más tangible
de la lucha ideológica-militar que marcó una época. Por otro lado, se disolvió
la URSS, con la independencia de las 15 Repúblicas de la Unión Soviética, entre
1990 y 1991. Lo cierto es que, después de 30 años, Corea del Sur vuelve a
recibir los JJOO, esta vez los de invierno en Pyeongchang, que fuera elegida
sede el 6 de julio de 2011, en su tercera postulación consecutiva, luego de
Vancouver 2010 y Sochi 2014, al imponerse por 63 votos a 25 de la candidatura
de Múnich (Alemania).
Siguiendo con el paralelismo trazado
con Seúl 1988, ¿será esta la antesala de la caída del último vestigio de la
“guerra fría”: el Paralelo 38, una franja de 238 Km que dividió a la República
Democrática Popular de Corea de la República de Corea a instancias de las
fuerzas de ocupación de la URSS y EEUU después de la Segunda Guerra Mundial? A
simple vista parece “imposible”, entre un régimen dominado por la ideología
“Juche”, que pregona un comunismo autosuficiente con veneración a su líder, y
una administración protegida por la geopolítica estadounidense, con un
capitalismo tecnológico pujante en una sociedad con valores tradicionales en
declive.
La participación de Corea del Norte en
Pyeongchang 2018 es al menos un buen signo después de la alta tensión vivida en
la península. La que fuera encabezada por los duros cruces verbales y amenazas
crecientes entre Donald Trump y Kim Jong-un luego de los proyectiles de gran
potencia lanzados por el régimen norcoreano. Sin embargo, los decibeles sólo parecen
haber bajado después que éste se declarara Estado nuclear de pleno derecho
después de probar el misil balístico intercontinental Hwasong-15, capaz de
alcanzar territorio estadounidense, según la Agencia KCNA. ¿Esperanza unificada?
Lo concreto es que el Comité Olímpico
Internacional (COI) aprobó el 20 de enero la solicitud de los Comité Olímpicos
de la República de Corea y la República Popular Democrática de Corea para que
sus delegaciones desfilen juntas como una sola con el nombre "Corea"
en la Ceremonia de Apertura. La delegación será conducida al Estadio Olímpico
por la Bandera de Unificación Coreana, llevada por dos atletas, uno de cada
Comité Olímpico Nacional. Como abanderados habrá una atleta femenina y un
atleta masculino. La delegación vestirá un uniforme especial con la Bandera de
Unificación Coreana. El acrónimo del equipo será "COR", según expresa
la Declaración firmada. De acuerdo a este documento, los atletas de Corea del
Norte y Corea del Sur se unirán para competir en el deporte por primera vez en
la historia de los juegos olímpicos. En Sídney 2000 y Atenas 2004 desfilaron
juntos en las ceremonias de apertura bajo una sola bandera, pero jugaron por
separado por cuestiones ideológicas.
Específicamente, en Pyeongchang 2018 un
equipo de hockey femenino unificado competirá como “Corea” bajo la bandera de
la unificación: una insignia que contiene el mapa de la península coreana
pintado de celeste en el centro contrastado con un espacio rectangular blanco.
Cabe recordar que en 1980 y 1984, rusos y yanquis, paradigmas de una
confrontación histórica, se boicotearon mutuamente. Más de 60 países del bloque
de EEUU se negaron participar de los JJOO Moscú 1980 por la invasión de
Afganistán. En tanto, la URSS y 14 de sus aliados del bloque del Este se
negaron asistir a los JJOO Los Ángeles 1984, con el argumento que no podían
garantizar la seguridad de sus atletas. Los XXIV JJOO de Verano Seúl 1988
marcaron un hito en el deshielo de la “guerra fría”.
Los XXV JJOO de Invierno Pyeongchang
2018 abren una nueva expectativa en la península. En principio dio origen a una
nueva instancia de diálogo. Una señal que podría ser el cierre de un largo
ciclo de enfrentamientos que dividieron el mundo. El fin de una guerra
indefinida. En un contexto más amplio, este definitivo deshielo podría hacer
emerger con más claridad la anunciada “era del Pacífico” tras cinco siglos de
predominio de las potencias occidentales asentadas en el Atlántico.
Es comprensible el entusiasmo de Thomas
Bach, Presidente del Comité Olímpico Internacional, mediador del acuerdo
firmado el 20 de enero en Lausana (Suiza) entre las delegaciones olímpicas de
Corea del Norte y Corea del Sur. El presidente Bach fue oro en esgrima en los
JJOO Montreal 1976 representando entonces a Alemania Occidental, luego
finalmente unificada y campeón mundial en Buenos Aires un año más tarde y padeció
los efectos de un muro histórico, división que al parecer conviene a los juegos
de las grandes potencias de la geopolítica y sus negocios, por aquello del
“divide y reinarás”, y siempre sufren los ciudadanos, por la separación de sus
familias, y sus pueblos, frustrando una y otra vez su desarrollo sustentable y
futuro.
* Miguel Werner es secretario general del
capítulo local de la Federación para la Paz Universal (UPF).
(1) Ciudad de Corea del Sur en donde se
desarrollarán los Juegos Olímpicos de Invierno entre el 9 y el 25 de febrero de
2018
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